19 de enero de 2011

En Fa menor

Si lo interrumpo ahora ¿se enojara? Los miro desde la terraza, sentado en las baldosas de la cocina con su guitarra y cuaderno, tan concentrado que no se da cuenta de que llevo dos cigarrillos contemplándolo. Algo tiene, algo irradia cuando escribe.

¿Para qué lo voy a molestar? Mejor lo observo en silencio un rato más, anotando los acordes que tocó recién y que vuelve a tocar, tarareando los sonidos con la vista perdida. Borra, corrige algo y vuelve a anotar.

Yo también debería hacer algo productivo hoy. Escribir algo talvez… salvar al mundo… bañar al gato… pero la verdad es que hoy no tengo cabeza, aunque siga ahí sobre mis hombros. Así que prendo el tercer cigarro y moro como las hojas del naranjo se mueven con el viento, mientras escucho el rasgueo de las cuerdas de la guitarra y la melodía a medio hacer que de seguro voy a tener dándome vueltas por el resto de la tarde.

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