17 de enero de 2011

Blank Page


No me gusta que las cosas cambien. Tengo problemas con las modificaciones de escenario. Me incomodan las sábanas limpias, llegar a un lugar sin conocer a nadie. A veces pienso que absolutamente todo ha cambiado, incluso yo, por más que lo haya evitado.

Cambiaron las mañanas después de que mi hermano creció, cambiaron los sueños, cambió tu pelo, cambiamos de compañía. Cambió la casa cuando mamá se fue. Cambié de ciudad. Papá cambió de auto. También cambió de esposa.

Mi gata cambió conmigo, de hecho me cambió por mi abuela. Cambiaron los canales del cable. Cambió el gobierno de izquierda a derecha. Mi vida entera cambió con tu “ya no te amo” y tú cambiaste desde que decidiste que sería así.

No entiendo porqué algunas cosas cambian y estoy cansada de los misterios de a vida. Realmente soy incapaz de enfrentar ese tipo de cambios, los intolerablemente dolorosos. Los que no me gustan. Los que de verdad no puedo entender. ¿Será que mi cabeza está simplemente incapacitada para sumir o asimilar un cambio? ¿Seré tan estructurada? ¿Tan lineal?

Cambiaron las circunstancias. Cambió mi foto en la licencia de conducir. Mis amigas cambiaron de trabajo. Mi hermana se cambió el color del pelo. Cambió mi forma de escribir. Creo que también cambiaron los signos del zodiaco y la posición de las estrellas alrededor de la tierra.

No asimilo el cambio, pero en cambio, todo ha cambiado. Las únicas dos cosas en las que puedo pensar y que estoy segura no han cambiado es la tranquilidad que me da mirar la sonrisa de Zac cuando tengo miedo. Y que te amo.

Pero para ti eso cambió

No hay comentarios:

Publicar un comentario