12 de julio de 2010

Interludio



No sé a quien engaño sentada aquí. A lo mejor intento creerme lo que no soy. Pensar en que con un café, unos cigarros y un par de ideas puedo crear. No sé si me lo creo hoy. Hace un par de días sí.

A penas respiro, metafóricamente hablando. Me siento media muerta o a medio revivir, no lo sé. Sé que mi cuerpo hoy no responde. Me tome las medicinas muy tarde. Al diablo con esas pastillas, todo esta en mi cabeza.

La escena es todo lo que siempre soñé y aún así me siento vacía. El café, los cigarros, el computador en el suelo, el cenicero, el celular al lado esperando la llamada del editor, mi gata dando vueltas y quedándose dormida sobre mi cama. Yo sé que siempre quise esto y ahora que lo tengo, no me hace feliz.

Puede que todo esté en mi cabeza y tengan que hacerme un lavado cerebral. Puede que sea yo la que se niega a pensar que se merece todo esto, que al cabo no es malo. No lo es en lo absoluto. Tengo lo que siempre quise. Tengo un hombre que me ama, tengo ideas rondando mi cabeza, tengo mi propio departamento.

El problema soy yo. Y lo peor de verlo es mirar alrededor y ver que el problema somos todos. En cierto momento creo que todos hemos tenido todo lo que hemos soñado y no hemos aprendido a ser felices con eso. Que mierda. Somos una tropa de mal agradecidos.

Hoy no debería sentirme vacía porque estoy llena de todo lo que me hace feliz. Y aún tengo sueños que cumplir, tengo mucho porque luchar aun. Lo que tengo que hacer es aprender a pelear con estos interludios de vacío que me llenan de nada y me llevan a ninguna parte.

1 comentario:

  1. creo que hay veces que nos acostumbramos tanto a las cosas que tenemos y que quizás no queríamos pero cuando las cambiamos muy radicalmente las llegamos a extrañar. y por eso uno se puede sentir vació por que esa cosa que quizás te aburría te ase falta...

    ResponderEliminar