29 de junio de 2010

Desesperada



Quiero salvarte. Quiero tomarte en mis brazos y traerte a mi cama, acurrucarte, abrazarte y no dejarte salir hasta que estés bien. Sé que eres un adulto y que deberías poder tú solo con las cosas que pasan en la vida, pero eso no me quita el derecho a necesitar cobijarte.

Te miro, tan hombre, hecho y derecho y te necesito abrazar. Porque conozco al niño que hay adentro. El niño que quiero tomar en brazos, traer y cuidar.

Quiero hacerte algo rico de comer, malcriarte, ver una película. Aunque el mundo se esté cayendo a pedazos afuera de mi ventana, la que quiero que sea nuestra ventana, que mi cama, la que quiero que sea nuestra cama, sea el lugar más seguro donde podamos estar.

Y aunque yo también tenga una niña dentro a la que tengo que cuidar y sanar, el niño dentro del hombre que amo es más importante que el planeta entero y es a quien quiero sanar. Ese pequeño de ojos profundos que lo único que quiere es estar en paz. Mi niña de ojos pardos lo quiere abrazar.

Desearía ser más fuerte para poder cargarte en mis brazos y traerte conmigo. Desearía ser más graciosa, para que rieras más y más fuerte. Desearía estar más cerca, para poder estrecharte fuerte sobre mi pecho y dejarte ahí, hasta que hayas sanado. Desearía tener más dinero, para tomar el primer avión hasta tu casa y poder besarte.

Necesito salvarte porque si tú estás mal el mundo entero está triste. La ciudad se ve opaca cuando tú no sonríes y mis mañanas rosadas desaparecen completamente si tu despertar no es feliz.

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