Puede que mis cuentos no sean lo más increible del universo, pero a mi me hacen feliz. Y si algo he aprendido es que hay que aferrarse a la felicidad.
11 de abril de 2011
Con audífonos
Tiro mi vaso de Starbucks vacio en un basurero y suspiro con el estomago redondo. Terminé un frapuccino java chip venti con frambuesa y creo que no voy a ser capaz de comer en el resto del día. Zac sale del local unos segundos después, con los audífonos del Iphone puestos. Me sonríe y toma mi mano para seguir caminando. Yo ya estoy escuchando música otra vez.
Avanzamos en silencio unos minutos. Él canta a media voz y yo me río de la gente que nos mira. Saco fotos a ratos, más que nada para justificar la salida. Enfoco y apunto sin pensar, a los graffitis, a los lugares, cualquier cosa que me llame la atención. Incluso a Zac.
Me confunde pensar cual es la excusa, si salir para fotografiar para estar con Zac o estar con él para poder fotografiar. Las dos alternativas me gustan.
No me habla, sólo murmura la letra de la canción. Me suelta la mano para que camine a mi ritmo de obturación y de a poco se aleja mientras pasamos por un parque. Lo miro y me sonríe.
Monocromo, iso manual, obturación 1/125
Zac se sienta en el suelo mientras yo me enajeno hasta de él por unos minutos. Fotografío en macro el pasto, los bichos, sigo con los árboles, las flores y sus cordones. Él cierra los ojos y canta a media voz, para que sólo yo lo escuche.
You’re gone away, you left me all alone, the only thing I got from you was your dirty tshirt and doll.
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