7 de julio de 2010

La sexta es la vencida



Te conocí en la sala de emergencias. Estabas en una camilla con un respirador artificial siendo atendida por un par de paramédicos. Yo estaba saliendo de pabellón después de una operación de urgencia debido a una bala perdida que terminó en mi pulmón.

En el área común estábamos separados por un biombo, pero aun podía ver a ratos, mientras estaba conciente, como tus brazos blancos como la nieve estaban llenos de tubos, y bajo ellos, las marcas de los cortes que de seguro que habían llevado ahí.

Nos conocimos en la sala de emergencias. Ella por intento de suicido y yo por recibir una bala que no iba para mi.

Le hablé una mañana, cuando los sedantes me lo permitieron. Tú estabas casi dormida y yo algo drogado con todos los sedantes que me daban para evitar el dolor. Te moviste lentamente para responder mi saludo y sonreíste. Hacía días que no veía a alguien sonreír, te dije y respondiste que este no era un lugar para estar feliz. Alguien en alguna camilla a lo lejos nos pidió silencio. Y nosotros volvimos al mutismo.

A la mañana siguiente volví a hablarte. Vinieron tus padres y yo me hice el dormido mientras ellos estuvieron contigo. Te trajeron chocolates, unas flores y la hora con el siquiatra para la semana entrante. Dijeron que te internarían. Dijeron que este era tu quinto intento. Tú les dijiste que el sexto sería el vencido y yo casi me puse a reír.

Cuando volviste a estar sola te pregunte simplemente por que. Nunca respondiste. Sólo me dijiste que algún día resultaría. No quise presionarte. Ella tendrá sus razones, pensé mirando tus brazos nuevamente. Tenías vendas en las heridas, pero también tenías cicatrices antiguas. No creo que se haya cortado todas las veces, me dije y volví a abrir la boca.

- ¿Cómo lo haces?- te tomó unos minutos responder. En un comienzo pensé que te habías dormido, hasta que volteaste la cabeza y me dijiste

- La primera vez me ahorqué en mi pieza y mi hermano mayor me descubrió, la segunda vez choqué mi auto contra un camión, la tercera vez me tome una sobre dosis de antidepresivos y mi mamá me vio tirada en el baño y me trajo para un lavado de estómago, la cuarta salté desde el balcón del décimo piso y ahora me corté

- ¿Y como harás para no fallar en la sexta?

- Ya tengo mi HK, me la entregan el miércoles de la otra semana, con una bala no puedo fallar

- ¿No estarás internada para esa fecha?

- No es mi primera vez en este hospital, me las puedo ingeniar- y sonrió. Jamás olvidé esa sonrisa.

Alguien en una camilla más allá nos hizo callar, luego vino la enfermera y me llevaron a curaciones.

Cuando desperté la mañana siguiente ya no estaba.

1 comentario:

  1. Bueno , diria yo que ni siquiera tengo yo una primera vez. esperamos tenerla algun dia, si se, que suena algo imbecil o idiota, pro nunca sabremos que pasara mañana! Saludos

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