Me cuelo como puedo en el vagón del metro en estación moneda. Atrasada otra vez. Al lado mío, una señora con uniforme de cajera va comiendo maní y botando las cáscaras en una bolsita de papel café. Un colegial pasado a marihuana intenta afirmarse del pasa manos central, aunque no sé para que, la masa humana nos mantiene a todos en pie. Más allá un tipo de camisa, maletín y corbata cambia canciones en su celular.
Todos los días somos más y todos los días cabemos menos En la siguiente estación intentan subirse ocho personas más.
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